En el antiguo Japón,
un grupo de temerarios guerreros tenían el rol de comandar la defensa de la
nación y fueron tan efectivos en la práctica, que se convirtieron en una
verdadera leyenda. Hablamos de los samurái. Seguramente viste o escuchaste
hablar de ellos alguna vez, pero hoy vamos a contarte 7 sorprendentes
curiosidades sobre los samurái.
Si bien los samurái eran japoneses pertenecientes a un cuerpo de élite,
unos cuantos hombres occidentales también
ostentaron ese honor. Los europeos William Adams, Jan
Joosten van Lodensteijn, Eugene Collache y Edward Schnell, fueron ungidos como samurái gracias
su cooperación e influencia en la cultura bélica del
Japón.
En un principio, los samurái eran quienes defendían a la nobleza, pero
con el tiempo se convirtieron en una clase social, una especie
de élite de soldados por sobre el común. Se cree que, en el
momento de mayor apogeo de estos guerreros, el 10% de los
japoneses era samurái.
Si vieron la película Mulán, creerán que los samurái sólo podían ser
hombres, pero en la realidad mujeres y niños
también podrían ser parte de esta casta de guerreros valientes, aunque con
diferentes roles. Las mujeres recibían entrenamiento en
artes marciales y
de ser necesario, también acudían al campo de batalla. Por su lado, los niños
comenzaban su entrenamiento a temprana edad.
Las relaciones entre dos
hombres samurái o entre un samurái y
el joven que entrenaba, eran comunes y aceptadas. De hecho, se cuestionaba a
un samurái si no mantenía relaciones sexuales con su aprendiz,
ya que era parte importante de la formación del lazo. Esta practica, era
conocida como wakashudo.
Era importante que la espada de
un samurái fuera
precisa y tuviese el filo necesario. Para probarlo, usaban un método poco tradicional. Colgaban
el cadáver de un enemigo
en un árbol y
realizaban 16 cortes sistemáticos por sobre su cuerpo. En ocasiones, también se
las probaba con criminales, vivos, claro.
Si
un samurái caía en manos de un enemigo,
este se suicidaba realizando cortes paralelos sobre su estómago. Si
éste perdía su honor o caía en
desgracia, lo honorable era suicidarse. Esto se realizaba mediante
una ceremonia en la
que, primero comía su plato favorito y luego se le entregaba una daga.
El samurái, expresaba sus
última palabras mediante un poema y luego se suicidaba. Otros podían
asistirle cortándole la cabeza para acelerar el proceso. Suicidándose, podía
volver a recuperar el honor perdido. El suicidio del samurái recibía el nombre
de harakiri y lejos de la infamia, ésta era una práctica sumamente noble.
Los samurái utilizaban diferentes armas para el combate, siendo la katana la más importante y
conocida. Asimismo, se armaban con espadas, lanzas y a partir del siglo
XVI, utilizaban cañones gracias a la pólvora. A diferencia del resto de las
armas, sólo un samurái podía usar una katana.