domingo, 22 de noviembre de 2015

UN SENCILLO REGALO PARA TODOS USTEDES

UN CUENTO MÁS QUE UN SUEÑO

Cuenta la historia que en un lugar muy cercano dos increíbles personas decidieron cambiar el mundo. Sí, no exagero, lo que escucharon “cambiar el mundo”.  Ahora se preguntarán,  quiénes podrían ser. Por lo pronto, no les diré. Quizás, no sean los mismos para todos.
El tiempo pasaba, y estos seres tomaron con responsabilidad y alegría aquella supuesta misión. Todo comienza así…
La niña “N” tuvo un sueño visionario, al estilo cuento policial. Pero solo, me detendré en contarles una parte de él. En el mismo, ella se sentía perseguida por un supuesto detective al que no lograba identificar. Corría desesperada, por unas calles sin fin, muy asustada y sin entender el motivo por el cual estaba siendo perseguida. Pero en cuestión de segundos, el panorama cambió. Parecía que estaba viviendo en una pesadilla. Veía monstruos que más que miedo causaban pena, una momia que la invitaba a bailar, un fantasma que se caía cuando intentaba volar por el efecto de la gravedad y una bruja maléfica repleta de granos que le pedía que dejara de correr y que adentrara a su mundo de terror. Pero es raro, sin lógica, y de la nada, aparecían naves espaciales como en los cuentos de Ciencia Ficción.
Vieron que en los sueños, no todo se entiende. Es así, que en otro momento, la niña “N” entra a un teatro. En él estaban pasando unas publicidades muy creativas gravadas por unos chicos de una escuela, cuyas siglas pudo identificar como ESBA.  Mientras estaban pasando unas propagandas, la pantalla comenzó a cobrar vida. De ella, salió el mismísimo Zeus, acompañado de Afrodita, señalando con un rayo de luz a la niña “N”. Este increíble y poderoso dios griego, le comunica la siguiente noticia y le confía una misión: “En la ciudad de las Flores te está esperando un niño. Juntos deberán cambiar el mundo. Como dios, los ayudaré”. Afrodita, que estaba a su lado, continúa diciendo: “Todo puede cambiar, si trabajan en equipo y con total optimismo”. De repente, todo se vuelve oscuro. Y la niña despierta recordando todo, teniendo la sensación de que todo fue real.
En la Ciudad de las flores, vivía el niño “J”.  Y ustedes se preguntarán, qué estaba haciendo ahí. Más  o menos, lo intentaré de explicar.  “J” tenía un amigo inseparable, llamado Pinki. Este, lo llamaba “cerebro”, porque su fuerte eran las matemáticas. Siempre, decía que quería cambiar el mundo, siendo esto su única obsesión.  Tal es, que organiza unas olimpíadas de matemática, con situaciones problemáticas, cálculos y fórmulas, para que los demás lo ayudarán en su labor. Los participantes quejosos de pensar, descubrieron que con el paso del tiempo se volvían cada más inteligentes e inigualables.
Un día, este niño “J”, mientras leía una crónica periodística acerca de las distintas investigaciones que estaba realizando la NASA, decide investigar un poco más acerca de los planetas. Pero no podía hacerlo solo. Les propuso, a sus competidores olímpicos de la razón, indagar junto a él. Investigaron acerca de los planetas y del sistema solar. Como realizaron un magnífico trabajo de investigación, les pidió que armen una muestra de lo investigado con maquetas y  láminas; y que escriban los resultados  elaborando  informes,  cuadros de doble entrada, mapas conceptuales, resúmenes respetando las famosas y conocidas reglas APA.
Mientras ocurría todo esto, la niña “N” ya había localizado al niño “J”. Una mañana, se encontraron y sin entender cómo, se reconocieron como si hubieran sido amigos de toda la vida. No necesitaron presentarse, porque par arte de magia, como sucede en los cuentos maravillosos, sabían quiénes eran y qué era lo que tenían que hacer. Cada uno conocía su propia biografía. Y en sus mentes, mientras conversaban, se venían imágenes como “historietas”.
Como se habrán dado cuenta, ambos son de Argentina, “un país de inmigrantes” en donde los derechos humanos siempre están presentes.
Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con la misión de la que hablé al principio? La verdad, no sé. Tenía que comenzar de alguna manera. Pero lo que sí tengo en claro es que cada cuento leído, cada técnica utilizada, cada problema resuelto, cada pensamiento transcurrido, cada situación vivida y cada sueño realizado, es cambiar el mundo, mi mundo y todo aquello que me rodea.

Queremos agradecerles Natalia y quien les habla, a  todos ustedes, papás y queridísimos alumnos, por permitirnos hacer realidad este cuento, que más que un cuento es un sueño hecho realidad.
                                                                         Autor: Profesor, Javier Romero

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